El origen del Bichón Maltés

Las referencias acerca del origen del Bichón Maltés son muy numerosas a lo largo de la historia.  La historia más antigua sobre el origen de esta raza data del año 25 de nuestra era, en la que aparece con el hombre de Canis Melites, debido a que Melílla era el término latino de Malta, nombre de la isla principal de un país mediterráneo que en el devenir histórico ha pertenecido a Sicilia entre otros.

Aunque esta raza ocupa un lugar privilegiado en el mundo de la cinología en todos los países, en su desarrollo contemporáneo las dos naciones con mayor peso específico han sido Gran Bretaña y Estados Unidos.

Se cree que los primeros ejemplares de Bichón Maltés llegaron a Gran Bretaña en el siglo XIV; sin embargo, los primeros registros datan del año 1841, con la llegada de una pareja procedente de Filipinas, cuyo destino era la corte de la Reina Victoria, pero desgraciadamente estaban en unas condiciones lamentables después de nueve meses de travesía, así que se los quedó un hermano del capitán del barco que los transportó.

Un descendiente de esos ejemplares fue expuesto en 1859, en Newcastie-Tyne. Aun así, la raza no se popularizó en Gran Bretaña hasta que la Reina Victoria se fijó en él.

Los primeros ejemplares de Maltés llegaron a Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XIX, pero su popularidad no fue amplia hasta después de la segunda contienda mundial. A partir de ese momento su fama se extiende.

Curiosamente, a pesar de su vínculo remoto con Italia, en este país mediterráneo estuvo al borde de la extinción, por lo que para recuperarlo se emplearon ejemplares procedentes de Gran Bretaña, Alemania o Estados Unidos. Desde que empezó su selección ha ocupado un lugar principal como perro de lujo que conserva hoy día.

El manto es denso, brillante , con una longitud media de 22 centímetros, de un color blanco puro o marfil pálido; a veces con esfumaciones de tonalidad anaranjada pálida. El manto puede ser así de largo porque no muda, no tiene subpelo y se le prodigan los cuidados necesarios para que no se rompa incluidos su recogido en bigudíes de papel, aceitado, baño y peinado constantes.

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