Reproducción y Genética. Continuación

 

Los estudios lleva­dos a cabo en los últimos años han venido a demostrar que tanto si la hembra ha sido fecundada y ha ges­tado una camada como si no, el úte­ro sufre las mismas modificaciones y aumenta considerablemente de ta­maño y tarda ciento cincuenta días en recuperarse, como consecuencia del estímulo de la progesterona.

Si a esto añadimos el hecho de que amamantar durante aproxima­damente seis u ocho semanas una camada de pequeños glotones pro­duce un importante desgaste, inclu­so en la hembra perfectamente sa­na, tenemos que pensar que va a necesitar unas buenas vacaciones para volver a ponerse totalmente en forma, antes de su siguiente cama­da.

Yo personalmente opino que hay que dejar un descanso entre parto y parto a fin de no castigar a nuestra perrita, puesto que hay que tener claro si lo que tenemos es una amiga o compañera para nosotros o un negocio. A veces confundimos esto llevados por el dinero que se pueda sacar pero no debemos olvidar que en cada parto estamos arriesgando la vida de nuestras mascotas

En estado salvaje tanto las lobas como las zorras e incluso las hembras de Dingo (los perros salvajes de la actualidad) solamente desarrollan un celo al año y, por lo tanto disponen de un plazo suficiente de tiempo para recuperarse entre una camada y la siguiente y es que la naturaleza es sabia; sin embargo la domesticación ha implantado unas distintas pautas de comportamiento fisiológico; el argumento de los que no respetan esos descansos es precisamente que si la naturaleza ha dotado a las perras domésticas de un celo cada siete u ocho meses, o lo que es lo mismo, tres partos cada dos años, hay que aprovecharlos dejando de lado las consecuencias de una actitud egoísta e irresponsable.

CUAL ES LA EDAD LIMITE PARA QUE MI PERRA CRIE?

La edad límite para el primer embarazo. Al igual que sucede en las mujeres, la hem­bra está mucho más preparada pa­ra llevar a buen término un parto sin complicaciones mientras es joven; en el caso de las perras toy y peque­ñas  entre el año y los cuatro años y en las de talla grande y gigante entre los dos años y los cuatro. Así pues no se debe pensar en retrasar el plazo para la primera gestación más allá de estos plazos lógicos, evitándose así toda una se­rie de complicaciones sobre todo en el momento mismo del parto que pueden hacer imprescindible, por ejemplo, una operación de cesárea con el riesgo que siempre represen­ta una anestesia total.

 

Y PARA LA ÚLTIMA GESTACIÓN?

De la mis­ma manera que existe una edad re­comendable para el primer parto, la hay para el último. Ciertamente no todas las hembras de cría paren con la misma facilidad, de la misma manera que no todas presentan complicaciones en el momento del parto,  e incluso existe un componen­te hereditario importante que deter­mina que de madres buenas paridoras  las hijas también lo serán, pero aun así más allá de los siete años no recomiendo cruzar a una hembra de tamaño pequeño a fin de que alarguemos y hagamos más placenteros los años que le quedan del resto de su vida.

 

 

 

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